31.5.06

lunes, 31.05.1806 - la Recova

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"Tomamos tierra sobre un muelle que se adelantaba hasta alguna distancia de la costa. Al llegar al fuerte, que incluye un edificio grande y pesado, antes residencia de los virreyes y ocupado ahora por el presidente de la Junta, tuve la agradable sorpresa de hallar frente a él una amplia y hermosa plaza dividida por una columnata, con tiendas a cada lado, opuesta a un edificio que más tarde supe era el cabildo o ayuntamiento. (...) Entre el Fuerte y la columnata, que se llama la Recova, había una cantidad de carretas cargadas de frutas y verduras. Del lado opuesto, varios chiquillos a caballo galopaban de una parte a la otra con sus tarros de leche, colgados sobre sus monturas" . Así describe a la Recova, J. R. Poinsett un agente comercial norteamericano de paso en la ciudad por 1810.

Construida en 1803, la Recova (o Recoba) era una galería comercial, un agrupamiento de locales, que dividía la actual Plaza de Mayo en dos, a la altura de la calle Defensa. En 1805 se construyó el doble arco central que sirvió de techo a los locales y, el entonces virrey Sobremonte, mandó a pavimentar el camino que lo unía al Fuerte.

"Por aquellos años de Dios" recuerda José Wilde "comían todos los tenderos de la fonda. Los llevaban la comida en viandas de lata, y entre 2 y 3 de la tarde, (hora en que entonces se comía), no se podía pasar por la Recoba porque el olor a viandas era insoportable y el tufo a comida que en verano salía de cada tienda de esas, volteaba como un escopetazo".

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La Recova fue demolida en 1883 por el intendente Torcuato de Álvear, en el proceso de remodelación de la actual Plaza de Mayo. Se cuenta que, en ese tiempo, la Recova era propiedad de Clara Zuñiga de Anchorena quien se negaba a destruirla. El intendente envió una brigada de obreros que en un par de días completaron la demolición. La señora de Anchorena demandó a la Municipalidad y la Justicia le dio la razón, debiendo indemnizar a la propietaria quien, a la fecha del fallo, ya había muerto.