26.3.07

miércoles 26.03.1807 – se va Beresford

El general Beresford esperó un mes en Montevideo, con el secreto anhelo de que el movimiento emancipador diera un golpe de mano en Buenos Aires. “El partido que está en el poder se compone, en gran parte, de españoles europeos que ejercen casi todos los altos empleos de la Iglesia y del Estado; y que es enteramente adicto al gobierno español” escribió Auchmuty al ministro de guerra, en una carta que llevaba el propio general Beresford en mano. “El otro partido es de los nativos del país, aumentados con algunos españoles establecidos de largo tiempo en él. Estos cansados del yugo español, están ansiosos de sacudirlo; y aunque por su incultura, su falta de costumbre y la rusticidad de su temperamento son completamente incapaces de constituir un gobierno propio, aspiran, sin embargo, a seguir los pasos de los americanos del norte y a erigirse en Estado independiente. Si nosotros les prometiéramos Independencia inmediatamente se alzarían contra su gobierno y se nos unirían con la gran masa de los habitantes”.

Uno de los responsables de la liberación de Beresford, Manuel Aniceto Padilla reconocería que procedió de tal modo, “con la condición expresa de que él haría todos sus esfuerzos para que los jefes británicos que estaban en esa plaza protegieran nuestra independencia con las fuerzas considerables que ellos tenían”. Sin embargo, “cuando llegamos a Montevideo, esperábamos ejecutar felizmente la deseada libertad del país, encontramos en los jefes antes nombrados, ideas diametralmente opuestas a la nuestras. En consecuencia el general Beresford tomó la resolución, poco días después, de partir para la Inglaterra, dándonos las seguridades de informar personalmente al Ministerio del Estado y las circunstancias en que se encontraba el país”.

El 26 de marzo, Beresford zarpa del puerto de Montevideo, a bordo del Diomede, alejándose para siempre del Río de la Plata. En sus valijas llevaba, como recuerdo de sus días como gobernador de Buenos Aires, la campana de plata de la Sala Capitular del Cabildo.

25.3.07

martes 25.03.1807 – cae el gobierno whig

Cae el gabinete whig del Primer Ministro Grenville, dándole su lugar a un nuevo gobierno tory, con Canning como ministro de Relaciones Exteriores y Castlereagh como ministro de guerra. Respecto a Sudamérica, su política sería la misma que la de Pitt: independencia en lugar de conquista. Pero las órdenes dadas a Whitelocke no podían ser modificadas y la expedición al Río de la Plata seguiría su curso.

16.3.07

domingo 16.03.1807 – pena de muerte

La Audiencia de Buenos Aires prohibió el comercio con Montevideo, condenando a la horca a aquel que lo hiciere. Dicha norma no sólo no fue cumplida por la población sino que la pena impuesta, jamás fue ejecutada.

domingo 16.03.1807 – Times se ocupa de Popham

En un artículo aparecido en el Times critica al almirante Popham que eludió los cargos del consejo de guerra, con una mera reprimenda. El diario británico calificó de “filibusteros”, su expedición en el Río de la Plata.

11.3.07

martes 11.03.1807 – Popham libre

Finaliza el consejo de guerra a Sir Home Popham quien sólo fue “severamente amonestado” por su actuación en el Río de la Plata. El fiscal sólo pidió un castigo por haber abandonado sus funciones en el Cabo. En su defensa (que hizo solo) Popham justificó su decisión de avanzar sobre el Río de la Plata, porque si bien no tenía órdenes de atacar el virreinato español, tampoco las tenía de no hacerlo y de que era deber tradicional de jefes de escuadra, alejadas de su metrópoli, emprender cualquier operación que fuera de beneficio para la Gran Bretaña. Amén de que el Almirantazgo no había enviado, casi un año después de tomarla, ni un solo buque al Cabo, lo que apoyaba su decisión de que la ex colonia holandesa no estaba indefensa.

9.3.07

domingo 09.03.1807 – zarpa Whitelocke

A bordo del Thisbe, zarpa Whitelocke junto a sus refuerzos, con rumbo al Río de la Plata.

6.3.07

jueves 06.03.1807 – juicio de carácter

“Aunque por su ignorancia, su falta de moral y la barbarie de su modo de ser son totalmente incapaces para gobernarse por sí mismos, desean seguir los pasos de Norteamérica y erigirse en estado independiente. Si nosotros les prometiéramos su independencia, se rebelarían al momento contra su gobierno y se unirían a nosotros con la gran masa de la población. Pero aunque nada menos que la independencia les satisfaría del todo, preferían nuestro gobierno a la anarquía actual, o al yugo español, siempre que les prometiéramos no devolver su país a España en caso de una paz; pero hasta que no hagamos esa promesa, debemos suponerlos enemigos, francos o encubiertos”

Carta de Auchmuty al ministro de Guerra británico

jueves 06.03.1807 – formalidades

El gobierno británico nombró al teniente general Whitelocke, gobernador civil con sueldo adicional de 4 mil libras anuales. En el mismo día, en el Gladiador, anclado en el puerto de Portsmouth, empezó el consejo de guerra a sir Home Popham. Integraban el tribunal, el almirante Young, junto a otros siete almirantes y cinco capitanes de navío. Popham se defendió solo.

5.3.07

miércoles 05.03.1807 – Dennis Pack entra en Colonia

Al frente del Batallón Ligero y de tres compañías del regimiento 95 y un escuadrón del 9 de Dragones, Dennis Pack, sin cumplir su promesa de no retomar las armas dada en la rendición de Buenos Aires, entra en Colonia de Sacramento y la ocupa sin mayores resistencias.

Paul Groussac, en su obra “Santiago de Liniers”, da los argumentos legales, dentro del derecho militar, que justifican la decisión de Dennis Pack de retomar las armas contra Buenos Aires, aunque juzga, “más caballeresca y noble la actitud de Beresford”.

Así lo entendió el pueblo de Buenos Aires que tuvo a Dennis Pack en la mira, como enemigo público número 1, desde este momento. En pocas semanas, los destinos de los habitantes de Buenos Aires y de Dennis Pack volverían a cruzarse, en uno de los momentos más heroicos y sangrientos de la segunda invasión inglesa.

miércoles 05.03.1807 – instrucciones de guerra

“Procederá a ejecutar el servicio confiado a usted, consiguiendo que la provincia de Buenos Aires quede bajo la autoridad de Su Majestad”. Así dice en las instrucciones que el ministro de guerra británica, Windham diera al general Whitelocke.

“Considerará el objeto de su empresa, no el incomodar o destruir el enemigo, sino la ocupación de tales estaciones especiales o posiciones de territorio, que una vez sujetos a las armas de S.M. no le fueran fácilmente retomables, y que además no requiera para su seguridad un cuerpo de tropas mayor que lo que puede concebirse que este país estaría conforme destinar, y cuyo número ciertamente no debería exceder el que ha sido puesto a sus órdenes” prosigue.

Como el gobierno inglés no tenía noticias de la toma de Montevideo, la daba la libertad de, si tomaba la ciudad y no quería retenerla, embarcar los prisioneros españoles y destruir las fortificaciones. “queda a su juicio establecer una posición segura en Maldonado, en Montevideo, o en la vecindad de Buenos Aires, como le parezca más conveniente, y con autorización de destruir a Montevideo si lo juzgare oportuno”.

Entre otras recomendaciones, se le pedía liberar al ejército de Beresford, deportar a los cabecillas de la Reconquista y permitir que siguiera el gobierno local, cambiando los españoles por criollos si fuera necesario. Reconvenía sobre la necesidad de conciliar con los habitantes bajando derechos aduaneros y convencerlos de lo mejor que era el gobierno inglés al español.

Preveía dos cosas para el futuro. Una, si había paz entre Inglaterra y España y había que devolver la colonia, Whitelocke nada debía asegurar salvo que Gran Bretaña trataría de impedir la devolución y, en caso de hacerlo, garantizaría la seguridad de aquellos que hubieran adherido a la corona británica.

En segundo lugar, facultaba a Whitelocke para abandonar totalmente el Río de la Plata y evacuar las tropas, si lo juzgaba necesario.

2.3.07

domingo 02.03.1807 – cartas de Buenos Aires

“No tiene derecho ni justa causa para tratar a la ciudad del modo que nos anuncian, ni nosotros razón alguna para ser infieles al más amable de los soberanos: estando en esta virtud puesto y aparejados para derramar hasta la última gota de sangre a efecto de hacer ver al mundo entero que en todas partes somos verdaderos españoles”.
Respuesta del Cabildo de Buenos Aires a la carta del 26 de febrero de Sir Samuel Auchmuty y Sir Charles Stirling.

“Si no se le permitió a V.S. pasar con sus tropas a Europa (…), ha sido como V.S. sabe porque Mr. Popham nunca quiso desamparar el río, y esperaba socorros que V.S. había pedido al Cabo, para, reforzado con ellos, revolver sobre nosotros”.
Respuesta de Martín de Álzaga a la carta del 26 de febrero del general Beresford