viernes, 20.08.1806 – aceptado en cuanto puedo
Casamayor convocó en su casa a Liniers y a su huésped Beresford para leerles la traducción de la capitulación acordada el martes 17. Tras algunas modificaciones menores, ambos jefes firmaron conformes el documento, quedando en transcribirlos en dos columnas, una en inglés y otra en español, para la firma definitiva.
Esa noche, el capitán Arbuthnot se hace presente en el Fuerte, con dos ejemplares de la capitulación así redactada:
Fuerte de Buenos Aires, 12 de agosto de 1806
No teniendo el general británico más objeto ya por qué permanecer en Buenos Aires, y con el fin de evitar una efusión no necesaria de sangre, como así mismo la destrucción de las propiedades de los habitantes de esta ciudad, conviene en entregar el fuerte de Buenos Aires al Comandante de Su Majestad Católica, bajo las condiciones siguientes:
1-Que marcharán las tropas inglesas con todos los honores de la guerra y se considerarán como prisioneros de guerra, pero para ser embarcados en transportes ingleses, ahora en el Río, lo más pronto posible, para ser convoyados a Inglaterra o a los puntos de donde vinieron.
2-Que habiendo los ingleses, a su entrada a esta plaza, hecho muchos prisioneros de guerra españoles que quedaron bajo su palabra, y siendo el número de oficiales mucho mayor de una parte, y el de hombres de la otra, se concierta que el todo se canjeará por el todo, retornando los transportes ingleses al lugar de sus destinos como parlamentarios, garantiéndose como tales por el Gobierno Español de que no sean apresado sen el viaje.
3-Que se darán víveres, etcétera, par el viaje de las tropas inglesas, según es uso en iguales casos.
4-Que los heridos es las tropas británicas que no puedan llevarse a bordo, quedarán en los hospitales de Buenos Aires, al cuidado ya sea de los cirujanos españoles ya de los ingleses, a opción del General Británico, y serán abastecidos con todo lo necesario y enviados a la Gran Bretaña cuando se restablezcan.
5-Que se respetará la propiedad de todos los vasallos ingleses en Buenos Aires.
Este texto sería firmado por “W.C.Beresford. Mayor General” y por Liniers, cosa que hizo el héroe de la Reconquista, quedándose con una copia y cediéndole la otra al capitán Arbuthnot. Antes de retirarse, el enviado de Beresford le hizo saber a Liniers que la flota inglesa esperaba para el embarco de las tropas y esperaba una respuesta. Liniers adujo el cumplimiento de algunas formalidades antes de hacer efectivo el embarque de los soldados británicos y prometió visitar a Beresford al día siguiente.
Cuando Beresford recibió la copia de la capitulación, se llevó una sorpresa. Sobre la firma de Santiago de Liniers se leía claramente un “Aceptado en cuanto puedo”.
El general británico empezaba a comprender que las graciosos concesiones posteriores del héroe de la Reconquista, tras su rendición, estaban siendo puestas en duda. Y que el embarco de los soldados ingleses llevaría un tiempo más de lo pensado.
Esa noche, el capitán Arbuthnot se hace presente en el Fuerte, con dos ejemplares de la capitulación así redactada:
Fuerte de Buenos Aires, 12 de agosto de 1806
No teniendo el general británico más objeto ya por qué permanecer en Buenos Aires, y con el fin de evitar una efusión no necesaria de sangre, como así mismo la destrucción de las propiedades de los habitantes de esta ciudad, conviene en entregar el fuerte de Buenos Aires al Comandante de Su Majestad Católica, bajo las condiciones siguientes:
1-Que marcharán las tropas inglesas con todos los honores de la guerra y se considerarán como prisioneros de guerra, pero para ser embarcados en transportes ingleses, ahora en el Río, lo más pronto posible, para ser convoyados a Inglaterra o a los puntos de donde vinieron.
2-Que habiendo los ingleses, a su entrada a esta plaza, hecho muchos prisioneros de guerra españoles que quedaron bajo su palabra, y siendo el número de oficiales mucho mayor de una parte, y el de hombres de la otra, se concierta que el todo se canjeará por el todo, retornando los transportes ingleses al lugar de sus destinos como parlamentarios, garantiéndose como tales por el Gobierno Español de que no sean apresado sen el viaje.
3-Que se darán víveres, etcétera, par el viaje de las tropas inglesas, según es uso en iguales casos.
4-Que los heridos es las tropas británicas que no puedan llevarse a bordo, quedarán en los hospitales de Buenos Aires, al cuidado ya sea de los cirujanos españoles ya de los ingleses, a opción del General Británico, y serán abastecidos con todo lo necesario y enviados a la Gran Bretaña cuando se restablezcan.
5-Que se respetará la propiedad de todos los vasallos ingleses en Buenos Aires.
Este texto sería firmado por “W.C.Beresford. Mayor General” y por Liniers, cosa que hizo el héroe de la Reconquista, quedándose con una copia y cediéndole la otra al capitán Arbuthnot. Antes de retirarse, el enviado de Beresford le hizo saber a Liniers que la flota inglesa esperaba para el embarco de las tropas y esperaba una respuesta. Liniers adujo el cumplimiento de algunas formalidades antes de hacer efectivo el embarque de los soldados británicos y prometió visitar a Beresford al día siguiente.
Cuando Beresford recibió la copia de la capitulación, se llevó una sorpresa. Sobre la firma de Santiago de Liniers se leía claramente un “Aceptado en cuanto puedo”.
El general británico empezaba a comprender que las graciosos concesiones posteriores del héroe de la Reconquista, tras su rendición, estaban siendo puestas en duda. Y que el embarco de los soldados ingleses llevaría un tiempo más de lo pensado.
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