sábado, 16.10.1806 – San Antonio de Areco
“Ya de día el 16, renovamos nuestros trabajos y después de cruzar un brazo del río que estaba cerca, llegamos al pueblito de San Antonio de Areco. Una seca, la calamidad más grande que acontezca en aquellas regiones, había ocurrido este año y esos arroyitos, a que el ganado acostumbra acudir, los había totalmente absorbido. Sus osamentas estaban desparramadas tan espesamente en nuestro camino no frecuentado, que el aire se impregnaba en una gran distancia y en tal grado que ni los perros cimarrones, ni los pájaros posados sobre ellas en bandadas pudieron dulcificar.
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El pueblito de San Antonio de Areco está muy lindamente ubicado en una loma, en medio de cercos cuadrados de frutales, compuestos de durazneros, higueras, nogales, perales y algunos otras clases. El río que lo pasa nace pocas millas al sur y desagua en el Paraná, cerca de Las Conchas. Hay una iglesia hermosa construida de ladrillo, con torre, teniendo un cura regular y un ayudante.
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Este pueblito se convirtió en nuestro lugar de reposo durante casi tres meses y daba los pasatiempos de pesca, crickcet, caza y cabalgar”.
Del libro de memorias del capitán ALEXANDER GILLESPIE.
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El pueblito de San Antonio de Areco está muy lindamente ubicado en una loma, en medio de cercos cuadrados de frutales, compuestos de durazneros, higueras, nogales, perales y algunos otras clases. El río que lo pasa nace pocas millas al sur y desagua en el Paraná, cerca de Las Conchas. Hay una iglesia hermosa construida de ladrillo, con torre, teniendo un cura regular y un ayudante.
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Este pueblito se convirtió en nuestro lugar de reposo durante casi tres meses y daba los pasatiempos de pesca, crickcet, caza y cabalgar”.
Del libro de memorias del capitán ALEXANDER GILLESPIE.
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