29.8.06

domingo, 29.08.1806 – presiones cruzadas

Al conocerse las concesiones que Liniers había dado a Beresford en los borradores de capitulación, las autoridades y el pueblo presionaron a Liniers para que desmintiese esos acuerdos. Beresford aduce que Liniers recibió la sugerencia de que si seguía comunicándose con Beresford, se lo sospecharía de coimero y que por tal motivo negó lo acordado en las capitulaciones.

Este mismo día, el Cabildo notificó a Liniers que pese a que Sobremonte estaba de acuerdo con el canje de prisioneros acordado, remitía a que las órdenes dependían de Ruiz Huidobro, gobernador de Montevideo y que éste había dispuesto trasladar a los prisioneros ingleses al interior. El Cabildo comunicaba a Liniers la aprobación de la moción de Martin de Álzaga (su más caracterizado rival político en la ciudad) de trasladar a los prisioneros ingleses al interior.

Pese a estar en desacuerdo, Liniers, el mismo día, dispuso el “apresto de carretas, útiles y demás necesario a la más pronta remisión de dichos prisioneros”.

Mientras esto sucedía en Buenos Aires, desde Ciudad del Cabo, zarpaban los refuerzos pedidos por el entonces gobernador Beresford a Sir David Baird, más de 2 mil hombres al mando del teniente coronel John James Backhouse.

La segunda invasión inglesa se estaba organizando.