6.7.07

lunes 06.07.1807 – el día después

Auchmuty le hace llegar, a primera hora de la mañana, la carta de Liniers de la víspera. En Miserere, tras la traducción de capitán Squire, Whitelocke le pide a Gower que se comunique con el Almirante Murray, en la flota anclada frente a la ciudad. Gower no quiere considerar ningún tipo de rendición y aconseja a Whitelocke que no haga esa consulta, que podría ser interpretada por Liniers como que está considerando capitular.

Whitelocke le dice que lo que quiere es ganar tiempo. Gower propone que Whitelocke pida a Liniers una tregua de dos horas para enterrar a los muertos. Whitelocke acepta la idea y le pide a Gower que redacte una nota que luego considera inaceptable, porque no se ajustaba a los hechos. Le encarga la tarea al coronel Bourke, tarea que tampoco satisface a Whitelocke.

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Retoman el borrador de Gower y tras varias correcciones del coronel Torrens llegan a la redacción definitiva:
“Señor:
Acuso con ésta recibo de vuestra carta, en la que no me hacéis más que justicia al creer que mis sentimientos son favorables a la causa de la humanidad.
Debido a la extensión de las acciones y el estado de los heridos, debo proponer una tregua de 24 horas, quedando las líneas como hoy se encuentran.
En cuanto a la rendición del ejército en la situación en que se halla en esto momentos, tras haber tomado tantos prisioneros, está absolutamente fuera de toda cuestión .Tengo que lamentar que vuestros edecanes hayan sido heridos, pero se trata de bajas inevitables, y debo señalaros, a mi vez, que mi edecán recibió disparos en todo el camino.
Whitelocke.”
Whitelocke dejó al coronel Brandford a cargo del campamento de Miserere, mientras Mahon, la reserva que había esperado pacientemente en Barracas, marcha a Miserere. Whitelocke se acercó al Retiro, siguiendo la sugerencia de Auchmuty quien le aconseja aceptar la propuesta de Liniers porque la moral de la tropa era baja. Whitelocke envió la propuesta redactada a Liniers.

Liniers no aceptó la tregua y se reanudaron las hostilidades, rompiendo la tregua implícita que había ocurrido en esa mañana del 6 de julio. Liniers envió a Elío a atacar la Residencia (sin éxito, como era de esperar en ese militar) y desde la flota inglesa bombardearon el Fuerte, haciendo blanco en la residencia de Liniers.