16.4.06

viernes, 16.04.1806 – la situación internacional

La expedición británica al Río de la Plata no se explica sino se tiene en cuenta el tablero internacional a comienzos de 1806. Es una jugada más en un complejo esquema de alianzas y enfrentamientos, entre las naciones europeas.

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Inglaterra, cuna de la Revolución Industrial, se encontraba en una delicada situación en esos años. A la pérdida de las colonias norteamericanas, con la independencia de los Estados Unidos en 1776, se sucedió la Revolución Francesa y el posterior ascenso de Napoleón Bonaparte. Al hostil panorama externo, se sumaba un nuevo problema: el mercado interno inglés mostraba signos de saturación. Imperiosamente, Inglaterra necesitaba nuevos mercados, tanto para conseguir materias primas para su producción como donde colocar sus manufacturas.

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Como estaban dadas las cosas, el enfrentamiento con Francia era inevitable. España se encontraba en la delicada posición de contentar, simultáneamente, a Napoleón y a Inglaterra, tratando de mantenerse al margen del conflicto. La declinante casa real española, con Carlos IV y su ministro Godoy (el “Príncipe de la Paz”) ofreció un trato a Napoleón: 6 millones de francos mensuales a cambio de la neutralidad española. Bonaparte aceptó el acuerdo pero Gran Bretaña, con una serie de ataques a barcos mercantes españoles, forzará a España a ponerse del lado de Napoleón.

Es en esta situación, en que los planes de agresión a las colonias españolas en América del Sur cobran visos de realidad y posibilitan la expedición que partió de Ciudad del Cabo.