26.12.06

jueves, 26.12.1806 – se va Popham

Siguiendo las órdenes del almirante Stirling, y muy a su pesar, sir Home Popham abandona el Río de la Plata, en el navío Rolla, rumbo a Londres, donde enfrentaría una corte marcial por su desempeño en Buenos Aires. El teniente Samuel Walters anotó en sus Memorias que “su viaje de vuelta en el desarmado Rolla no era digno ni seguro, y es difícil resistir a la conclusión de que fue perseguido más por su política que por su derrota”.

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Popham saldría, sin mayores rasguños, del juicio que enfrentaba. Para algunos, como el historiador militar, Sir John Fortescue fue una pena que el pueblo de Buenoas Aires “no lo haya capturado y colgado”, aduciendo que su “objeto principal de sus operaciones y su debilidad fueron siempre las recompensas y las presas”. Para H.S.Ferns fue “un representante de la época en que vivió y de la nación a la que pertenecía”. Su actuación en el Río de la Plata tal vez quede definida en la frase estampada por Lord Melvilla en el sumario iniciado a Popham a su regreso: “ No existe en la historia del mundo una acción militar realizada con menos estudio y prudencia”.

23.12.06

lunes, 23.12.1806 – rumores

Los lectores de The Times se encontraron con un inquietante rumor procedente de Madrid: tal vez, posiblemente, habría la posibilidad, de que los habitantes de Buenos Aires hubieran retomado la ciudad, el 12 de agosto pasado.

22.12.06

domingo, 22.12.1806 – ofrecimiento

“A los hijos del Sol, a los que gloriosamente habéis echado a esos colorados de vuestra casa, que lograron tomar por una desgracia; a vosotros, que sois los Padres de la Patria, venimos personalmente a manifestaros nuestra gratitud, no obstante que por nuestros diferentes enviados os tenemos ofrecido cuanto auxilios y recursos nos acompañan: hemos querido conoceros por nuestros ojos, y llevamos el gusto de haberlo conseguido; y pues reunidos en esta grande habitación donde igualmente vemos a nuestros Reyes, en su presencia, y no satisfechos de las embajadas que os tenemos hechas, os ofrecemos nuevamente, reunidos todos los grandes Caciques que veis, hasta el número de veinte mil de nuestros súbditos, todos gente de guerra y cada cual con cinco caballos; queremos sean los primeros a embestir a esos colorados que parece aún os quieren incomodar. Nada os pedimos por todo esto y más, que haremos en vuestro obsequio, todo os es debido, pues que nos habéis libertado, que tras de vosotros siguieran en nuestra busca”.

Quien hacía se expresaron, el 22 de diciembre de 1806, en el Cabildo de Buenos Aires, a través de un intérprete eran diez caciques pampas que venían a ofrecer sus servicios y cerca de 30 mil hombres, para oponerse al futuro ataque británico.

Ya el 17 de agosto, el Cabildo había recibido la visita del indio Pampa Felipe en representación de 16 caciques pampas y tehuelches para aportar su ayuda contra “unos hombres tan malos como los colorados”. El Cabido agradeció la oferta y "en caso necesario (..) la tendrían muy presente en todo tiempo". Un mes después, vuelve otra embajada, Felipe con el cacique pampa Catemilla ratificando la oferta anterior y agregando que han hecho las paces con los Ranqueles, con quienes estaban en guerra, para proteger a los cristianos de los colorados. El Cabildo responde de igual modo, agradeciendo y teniéndolos en cuenta, pero sin concretar ninguna alianza.

“El Cabildo ha oído con indecible gozo el afecto y reconocimiento que merece a los grandes caciques que tiene a la vista. Si hasta hoy han conocido cuánto se ha esmerado en contribuir a su prosperidad, en cumplimiento de sus disposiciones de sus Soberanos, que tanto los ama y recomienda, ahora con mayor razón, deben esperarse aumente la protección que les dispensa por la fidelidad con que se ofrecen gustosos a defender sus dominios. Este cuerpo admite la unión que le juráis, y en prueba de ello os abraza como fieles hermanos” les contesta, en representación del Cabildo, el Alcalde de Primer Voto, a esta nueva embajada que llega cuando el año 1806 está por terminar.

“Por ahora no hay un motivo para que os incomodéis. La fidelidad, amor y patriotismo de las numerosas y esforzadas tropas que en cuerpos se halla formadas, aseguran la defensa de esta hermosa capital y por lo mismo sólo os recomienda hoy el celo y vigilancia de nuestras costas, para que los ingleses, nuestros enemigos y vuestros, a quien llamáis colorados no os opriman ni priven vivir con la tranquilidad que disfrutáis y os profesan los mejores y más benignos de los Soberanos del Mundo, de quienes somos vasallos y a quienes daremos cuenta de vuestra heroica fidelidad. El Altísimo os mantenga en iguales sentimientos para que de este modo seáis siempre felices”. contestó el Cabildo.

Detrás del amable agradecimiento, estaba las sospechas que los porteños tenían hacía los indios y la demostración de 30 mil hombres llegando a la ciudad, les ponía los pelos de punta, más aún que el ejército británico que venía en camino. Una gran pregunta de “historia-ficción” es, qué curso hubiera tomado nuestra historia, si esta alianza entre indígenas y criollos se hubiera afianzado, en la primera defensa ante un enemigo común.

domingo, 22.12.1806 – condolencias

“He sabido con dolor la muerte del capitán Ogilvie, por cuyo deceso ofrezco a V.S. mi mayor y más justo sentimiento para que se sirva aceptarlo, con la aseguranza de que aprehendido el que lo causó, no quedará impune tan aleve crimen”

De una carta de Santiago de Liniers al generel William Beresford

20.12.06

viernes, 20.12.1806 – debate en la Cámara

El viernes 20, en ocasión del discurso de la Corona, en el Parlamento británico, en la apertura de sesiones, la oposición tory criticó duramente la política del gobierno inglés. Lord Castlereagh criticó que el gobierno no hubiese enviado refuerzos a Buenos Aires ni ayudara a la expedición de Miranda en Venezuela. Howick, ministro de RR.EE., defendió la política del gobierno y sostuvo el retiro de Popham, argumentando que se habían enviado los refuerzos, sólo un mes después de recibido las noticias de la toma de Buenos Aires.

En la Cámara de los Comunes, ante la crítica del también tory Perceval, de que el gobierno no mencionara la importancia de la conquista británica en el Río de la Plata, Petty le contestó que “en cuanto a la importante adquisición en Sudamérica, ningún hombre ni grupo de hombres, en tiempo alguno, sentían un mayor concepto de la importancia y valor de esa hazaña” que el gobierno whig.

17.12.06

martes, 17.12.1806 – muere James Frederick Ogilvie

“El capitán Ogilvie se debilitó más de una quincena en medio de grandes dolores, y falleció; una gran pérdida para su país, y llevando consigo la estima de todos los que les conocieron” recuerda el capitán Gillespie la muerte de su camarada.

Los oficiales ingleses asistieron a la ceremonia; Beresford leyó los oficios fúnebres y cubrió con las primeras paladas de tierra, el cuerpo del soldado que vino a morir al Río de la Plata. El cuerpo fue enterrado cerca del muro exterior, en la parte posterior de la capilla de la villa de Luján.

14.12.06

sábado, 14.12.1806 – Auchmuty llega a Río; Craufurd a Costa Verde

Samuel Auchmuty llega con la flota inglesa a Río de Janeiro, para cargar agua. Allí se entera de la Reconquista de Buenos Aires y de la toma de Maldonado, por parte de Backhouse. Auchmuty decide reprovisionar la flota en Río, previendo dificultades en el Río de la Plata.

El mismo día, arribaba a Porto Praya (Cabo Verde), la flota de Craufurd. Acompañaba a esta expedición, el 9 de Dragones, retrasado del grupo de Auchmuty, que se reuniría, después, en el Río de la Plata.

10.12.06

martes, 10.12.1806 – carta de Popham a Baird

“Mi querido general: aquí estoy, una vez más, con mi cabeza puesta frente al más arbitrario juzgamiento de aquel deshonrado, el más vengativo y tiránico Ministro. Estoy reemplazado en mi comando por el almirante Stirling, quien me negó un barco para regresar a Inglaterra, me negó un transporte y me niega la permanencia aquí…”
Carta de Sir Home Popham despachada desde Maldonado al general Baird.

7.12.06

sábado, 07.12.1806 – contesta Sobremonte

Sobremonte le contesta al almirante Stirling la carta del día 4, lamentando no poder entrar en esas clases de negociaciones e informándole que los prisioneros ingleses ya habían sido trasladados al interior.

6.12.06

viernes, 06.12.1806 – Stirling toma el mando

El almirante Stirling enarbola su insignia en el Diadem, la nave capitana de Popham al tiempo que le ordena a éste que embarque en Sampson con destino a Inglaterra, previa escala en Santa Elena y Ciudad del Cabo. Popham protestó airadamente por “el modo denigrante en que fue relevado” y terminó marchando en un brig español.

Antes de partir, Popham encomendó a Stirling que el objetivo inicial del ataque debía ser Montevideo pues “su posesión ofrece todas las facilidades para reconquistar Buenos Aires” y le pidió que el ataque se efectuara antes de su partida a Inglaterra, para poder actuar como su ayudante. El pedido de Popham no fue escuchado y partió volviendo a las islas británicas, días después.

4.12.06

miércoles, 04.12.1806 – hieren a Ogilvie

“Entre otros dejados atrás con el general Beresford en Luján, estaban el coronel Pack y el capitán Ogilvie de la artillería real” recuerda el capitán Gillespie en su libro “Al último se le suponía haber hecho algunas observaciones profesionales sobre Buenos Aire, y era por tanto objeto de desconfianza pública, mientras que la vida del primero era muy elogiada por el talento y el valor que la habían distinguido. Una mañana llegó un peón con mucho apuro aparente y con manera expresiva pero cautelosa preguntó por esos dos oficiales, agregando confidencialmente que estaba encargado de cartas muy importantes para ambos, que entregaría solamente en secreto y en mano propia. Les indicó que salieran por el camino de Buenos Aires, donde no serían observados por nadie. La curiosidad y la propuesta repentina, desprevenidos ambos, los hizo salir con el villano que a veces los precedía y otras los seguía. Dos veces urgieron al individuo que explicase, pero diestramente lo difería hasta que llegasen a un aparte menos frecuentado. Se ingenió para ponerse etrás de ellos, y sacando un par de pistolas, con una hirió al capitán Ogilvie mortalmente en la espalda y con la otra apunto al coronel Pack, pero felizmente erró fuego. Vencido en esto, acudió al lazo y enlazó al coronel arriba de la muñeca, y este, con una presencia de ánimo que le salvó la vida, cerró con el asesino, que no esperaba ser tan madrugado, sacándose el lazo al mismo tiempo que le pegaba en la cara con una cañita, única defensa que habían llevado consigo. Algunos esclavos que venían del trabajo aparecieron y el sujeto, alarmado, pronto se perdió de vista”.

La versión del alcalde de la Villa de Luján fue: “después de la oración, a media legua de esta Villa han baleado al inglés Comandante de Artillería de los prisioneros destinados en esta Villa, sin que nada pueda dar razón del agresor; me supongo han de ser los salteadores de caminos que todos los años, con motivo de la mucha gente que viene a la festividad de Nuestra Señora”. El alcalde se queja, en su informe oficial, que los prisioneros no le hacen caso y se alejan de la villa, con el peligro que esto implicaba para sus personas.

Pero en voz baja, los vecinos de Luján hicieron circular otra versión, tal vez la verdadera, que el capitán Ogilvie había recibido el ataque de un marido engañado. Versión que no hay que desechar pues los galanteos de los oficiales británicos, a las mujeres del lugar, habían provocado la queja oficial de los vecinos.

miércoles, 04.12.1806 – llega Stirling a Maldonado

Stirling llega a Maldonado y se reúne con Popham con quien tiene una fuerte pelea, exigiéndole el regreso, de inmediato, a Inglaterra. El mismo día Stirling le escribe a Sobremonte, tratando de limar los insolentes reclamos de Popham, proponiendo el canje de prisioneros.